17 abril 2006

La ruta del bacalao

En cuanto dejamos la costa, en Cork, enfilamos hacia el norte por el valle del río Lee. Serpenteábamos por estrechas carreteras que seguían su cauce, a lado y lado de la carretera solo árboles y espiándonos desde abajo los destellos del agua. De vez en cuando descubríamos praderas y parques con puentes que cruzaban el río. No parecía una ruta muy transitada y ya al atardecer, sin ganas de buscar, preguntamos en un pub si podíamos plantar la tienda en el campo donde guardaban los caballos. En efecto, no nos pusieron ningún problema, el terreno tenía un poco de pendiente y estaba situado enfrente de una gasolinera propia de una road-movie. Nos íbamos acostumbrando a la textura espesa y al sabor amargo de la Guiness, que cada vez nos gustaba más, así que decidimos cenar en la tienda y luego darnos el gusto de disfrutar de la auténtica bebida de los irlandeses. La noche fue terrible, era sábado, nos plantaron una "churrería" delante de casa y encendieron el generador que hacía un ruido infernal. Lo que parecía una carretera secundaria poco frecuentada se convertía en la ruta irlandesa del "bacalao" en un Saturday Night Fever. No pegamos ojo, pero decubrimos lo qué hacen los jóvenes irlandeses los sábados por la noche.

No hay comentarios: